Estar preparado para afrontar un sismo incluye cosas que seguramente ya haces en tu guardería para proteger la seguridad de los niños y su integridad física, como tener un extintor, establecer una ruta de evacuación y capacitar al personal en primeros auxilios y RCP. Sin embargo, hay un tema importante para el cual también debes prepararte y es: cómo contener emocionalmente a los niños durante un evento de este tipo.
Algunos niños tienen reacciones después del evento, mientras que otros pueden experimentar problemas semanas o meses después. De acuerdo con Jorge Álvarez, especialista de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre 50 y 60% de la población supera el estrés que causa un fenómeno natural como un sismo, en el transcurso de unas dos o tres horas. Al 40% restante le toma más tiempo hacer frente a la situación, y entre 1 y 14% requiere tratamiento psicológico especializado.
Cómo contener a un niño durante un sismo
Debes estar preparado para saber actuar y mantener la seguridad de todos. Estas son algunas recomendaciones:
1. Afronta la situación con la mayor calma posible. Durante un evento como este, los niños buscarán tu ayuda y la de los otros adultos de la guardería como sus nanas. La reacción de todo el equipo será la pauta para que los niños sepan cómo actuar.
2. Tan pronto como estés seguro de que el peligro ha pasado, hazle saber a los niños que entiendes por qué tienen miedo. Consuélalos con un abrazo o palabras tranquilizadoras. Y asegúrales que sus padres saben dónde están, esto les ayuda a entender que están a salvo contigo y que pronto vendrán a buscarlos.
Ten en cuenta que después de un desastre, los niños temen a que:
• el evento vuelva a suceder,
• alguien resulte herido o muera,
• serán separados de su familia,
• se quedarán solos.
3. Después de un sismo vuelve a la rutina lo antes posible.
4. Pasado el evento, es un buen momento para platicar y expresar preocupaciones, que los niños entiendan que es normal tener miedo. Es importante ayudarlos a separar lo real de lo irreal. Anímalos a dibujar o escribir sobre sus sentimientos. Los niños tienen menos miedo a cosas que entienden.
5. Ten en cuenta que es común que los niños “retrocedan” en ciertas actitudes cuando están estresados, por ejemplo pueden chuparse los dedos, tener dificultad para comer o dormir o mojar la cama. Los padres buscan con frecuencia tu consejo, así que ayúdalos a comprender el comportamiento de sus hijos.
6. Vigila signos continuos de angustia emocional como parecer insensibles, retraídos o tener pesadillas. Si un niño sigue afectado durante más de un par de semanas, sugiere a la familia buscar asesoramiento profesional.
Prepara a todo tu equipo en este tema emocional y juntos contribuyan a que los niños tengan una experiencia menos traumática.
Con información del Instituto Nacional de la Salud Mental, NIMH, por sus siglas en inglés.
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